Chile tiene un grado de concentración del poder económico que es uno de los más extremos del mundo. Unas pocas familias que encabezan los grandes grupos económicos no sólo poseen los bancos y conglomerados de gigantescas empresas industriales, mineras, forestales, agrícolas, comerciales y de servicios. Además manejan los fondos de pensiones que pertenecen a los trabajadores, las Isapres, las clínicas privadas, los colegios particulares y varias universidades. A eso se agrega la manipulación de la opinión pública por redes de diarios y canales de televisión orientados hacia la banalidad y las posiciones conservadoras. Chile es el único país del mundo donde los partidos que apoyaron a una dictadura sangrienta y corrompida, veinte años después, continuan obteniendo un apoyo electoral de más del 40%. Eso les permite manejar muchos parlamentarios, tener influencia en partidos de gobierno y mantener el país encadenado a muchos decretos que la dictadura impuso en un período de terrorismo de Estado. Sin embargo, los detentadores del poder económico no se dan por satisfechos con el enorme poder que poseen. Quieren todavía más poder y aspiran a conquistar también la presidencia de la república. Eso crea el peligro de un régimen totalitario, con todo el poder económico y político en manos de los ricachones. Es importante que los ciudadanos que en la primera vuelta votaron por Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Marco Enriquez-Ominami y Jorge Arrate estén conscientes de ese peligro.
Grandes avances que Chile realizó en el siglo veinte fueron producto de acuerdos de las fuerzas de izquierda y de centro. Los gobiernos de Pedro Aguirre Cerda y Juan Antonio Ríos iniciaron la industralización de Chile, después que los gobiernos de derecha habían mantenido el atraso. En 1958, tres candidatos presidenciales -Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva y Luis Bossay- se pusieron de acuerdo para democratizar las leyes electorales, ampliando las inscripciones y erradicando la compra de votos. El número de electores subió de 878 mil en 1957 a 2.995.000 en 1970. Por primera vez Chile fue un país plenamente democrático donde votaba la mayoría de los habitantes. La derecha chilena siempre ha sido antidemocrática y para conquistar poder político ha utilizado la compra de votos, la tiranía de Pinochet, los senadores designados y el sistema binominal. La reforma agraria, impulsada por el gobierno de Eduardo Frei Montalva y apoyada por la izquierda en el Parlamento, permitió reducir el atraso que los latifundistas mantenían en el campo e iniciar el crecimiento de las exportaciones agrícolas. La nacionalización del cobre, impulsada por el gobierno de Salvador Allende y apoyada por la Democracia Cristiana en el Parlamento, le ha entregado enormes recursos al país, que habrían sido muchísimo mayores y habrían hecho de Chile un país desarrollado si posteriormente no se hubieran entregado a empresas transnacionales las minas nuevas.
El dominio de los clanes de la oligarquia financiera asfixia el desarrollo de Chile, ya que aplasta a los empresarios pequeños y medianos que generan puestos de trabajo, y mantiene una desigualdad extrema en la distribución de ingresos que impide el desarrollo del mercado interno y genera delincuencia. Todos los países desarrollados tienen una desigualdad muy inferior a la de Chile medida por el número de veces que el ingreso del 10% más rico de la población supera el ingreso del 10% más pobre: Japón 5 veces, Noruega 6 veces, Alemania 7 veces, Corea del Sur 8 veces, Francia 9 veces, Estados Unidos 16 veces, Chile 41 veces. La desigualdad en la distribución de las riquezas en Chile es tan monstruosa que un candidato presidencial tiene una fortuna equivalente a lo que ganaría un trabajador con salario mínimo en 600 mil años. La derecha, que sigue siendo tan bandida y conservadora como siempre, hoy se oculta bajo las pieles de oveja hablando vaguedades sobre los cambios y el futuro.
Es lógico que mucha gente quiera protestar porque durante los gobiernos de la Concertación se ha mantenido una enorme desigualdad social y el Estado, con escasos recursos, no ha podido solucionar muchos problemas sociales. Pero, bajo un gobierno de derecha se agravarían esos problemas. Una cosa es plantear las legítimas aspiraciones de los sectores populares, las capas medias y los pequeños empresarios, y otra distinta es abrir espacios para que ciudadanos con convicciones democráticas puedan favorecer a la derecha en la segunda vuelta. En las últimas elecciones presidenciales mexicanas, el subcomandante Marcos recorrió el país sosteniendo que había que votar en blanco porque no había diferencias entre el candidato progresista Andrés Manuel López Obrador y el candidato conservador Felipe Calderón. Esa predica favoreció el triunfo de la derecha en las elecciones mexicanas.
Como en los procesos democráticos es necesario que todos opinen y discutan, no atrevemos a meter nuestra cuchara para decir que es posible derrotar a la derecha si las fuerzas de izquierda y de centro se movilizan por un conjunto medidas mínimas que favorezcan decididamente a los sectores populares y a las capas medias. Entre esas medidas se podrían incluir las siguientes.
DEMOCRATIZACIÓN
Después del período de dictaduras militares fueron elegidas Asambleas Constituyentes para dictar Constituciones democráticas en los países latinoamericanos. Eso ocurrió en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Venezuela. Chile es una excepción donde sigue vigente gran parte del decreto que Pinochet denominó 'Constitución' y otros decretos que la dictadura impuso por medio de la violencia. La tiranía se vengó asesinando a Eduardo Frei Montalva porque él pronunció un discurso en el teatro Caupolicán en 1980 llamando a rechazar esa Constitución fulera. ¿Quiere la Concertación mantener la Constitución de Pinochet?
Para romper las cadenas con el pasado, es necesario con procedimientos plenamente democráticos dictar una Constitución a través de una Asamblea Constituyente que considere temas como el restablecimiento de la democracia representativa, los derechos sociales, la función social de la propiedad, el rol empresarial del Estado y la defensa de los intereses del país ante los poderes transnacionales.
INGRESOS FISCALES
El senador Carlos Ominami declarado en el libro 'La nueva izquierda': 'En Chile los ricos son cada vez más ricos. [...] El problema es que son cada vez más poderosos: tienen poder político, económico, mediático. Chile tiene una estructura tributaria donde los ricos practicamente no pagan impuestos. Al inicio de la Concertación se intentó cambiar esto, pero luego se lo fue dejando de lado'. La dictadura de Pinochet creó un paraíso tributario para los poseedores de grandes fortunas, pero el ex director del Presupuesto Humberto Vega demostró en su libro 'En vez de la injusticia' que la carga tributaria posteriormente bajó aún más, del 18% del Producto Interno Bruto en 1989 a 16% en 2004.
Chile no podrá convertir los procesos de crecimiento económico desequilibrado ocurridos hasta ahora en procesos de efectivo desarrollo económico y social sin ingresos más altos para el Estado. Los ingresos del Estado como porcentaje del Producto Interno Bruto son 51% en Noruega, 43% en Francia, 38% en Inglaterra, 36% en Italia y sólo 24% en Chile, según estadísticas del Banco Mundial.
Si no se vuelve a nacionalizar el cobre y tampoco se restablecen las empresas mixtas que estableció el gobierno de Eduardo Frei Montalva, lo menos que se puede hacer es subir decididamente los impuestos para las empresas transnacionales del cobre. Hay que considerar que en el año 2006 el gobierno de Bolivia subió los impuestos a las ganancias de las empresas transnacionales extractivas al 80% y esas empresas no han tenido objeciones al respecto.
Gran parte de los ingresos del Estado provienen del IVA, donde pobres y ricos pagan el mismo porcentaje. Es necesarios establecer un IVA escalonado con bajos porcentajes para los artículos de primera necesidad y altos porcentajes para los artículos de lujo.
Incluso en Estados Unidos las empresas gigantescas con grandes ganancias pagan un porcentaje de impuestos más alto que el de las empresas pequeñas, pero en Chile los pequeños empresarios pagan el mismo porcentaje que los grandes tiburones. Es necesario establecer porcentajes escalonados para los impuestos a las empresas.
Chile es uno de los países del mundo donde los poseedores de grandes fortunas, paquetes de acciones, yates, aviones, fundos y mansiones no pagan impuesto patrimonial. A lo menos hay que restablecer el impuesto patrimonial que fue introducido por el gobierno de Eduardo Frei Montalva y posteriormente fue suprimido.¿Se opone la Concertación al impuesto patrimonial? SEGURIDAD SOCIAL Y BIENESTAR
Con los mayores ingresos fiscales mencionados en el punto anterior, pueden ser mejoradas la educación, la salud y la seguridad social.
Es necesario subir sistematicamente el salario mínimo con el fin de estimular la demanda para las empresas que producen para el mercado interno, disminuir la desigualdad y avanzar hacia el salario ético propuesto por el obispo Goic.
La extrema desigualdad es favorecida por la debilidad de los sindicatos. Es necesario restablecer las disposiciones del Código del Trabajo en cuanto a sindicalización y negociaciones colectivas y por rama económica que estaban vigentes antes del golpe militar de 1973.
Es necesario restablecer la educación pública gratuita en todos los niveles eliminando todas las cuotas, formas de financiamiento compartido y aranceles universitarios para hijos de padres con ingresos bajos y medios. Todos los libros escolares deben ser entregados gratuitamente en préstamo por el Ministerio de Educación, pagándose sólo los libros que no sean restituidos en buen estado al final del año escolar. Los uniformes deben dejar de ser obligatorios en las escuelas y liceos municipales pudiendo ser reemplazados por un sencillo delantal o guardapolvo durante las horas de clase. Las escuelas y liceos municipales deberán tener prohibido rechazar alumnos que quieran matricularse en ellos. Los cursos de capacitación deben ser plenamente accesibles para trabajadores y cesantes.
El Plan Auge debe ser ampliado estableciendo atención médica, hospitalaria y medicamentos gratuitos de todas las enfermedades para todos los trabajadores y sus familias con ingresos bajos y medios. Si en Chile a lo menos se aplicara el plan de Barack Obama para la salud pública, eso significaría que se prohíbir a las Isapres rechazar, discriminar o cobrarles cuotas más altas a los ancianos, a las mujeres o a los enfermos crónicos.
Los Estados de Bienestar europeos no se desarrollaron recientemente cuando estos países se convirtieron en países ricos, sino que se desarrollaron a partir de 1920, cuando esos países eran mucho más pobres que Chile actualmente, pero le cobraban impuestos a los ricos. Son más competitivas las economías con trabajadores con educación adecuada, sanos y bien nutridos.
En Argentina, Francia e Inglaterra las pensiones son estatales. En varios países de Europa las pensiones están a cargo de los sindicatos y las asociaciones empresariales. Si en Chile no se sanea el sistema en que grandes consorcios extranjeros y nacionales se han apoderado de los fondos de pensiones de los trabajadores, a lo menos hay que crear una administradora de fondos de pensiones sin fines de lucro y subvencionada por el Estado, que reconozca todos los períodos de trabajo temporal, de jornada parcial, sin contrato de trabajo o con enfermedades crónicas, y que garantice pensiones decentes de vejez y por incapacidad laboral.
Es necesario un plan extraordinario de construcción de viviendas para reducir la cesantía y erradicar todos los campamentos.
Es necesario establecer talleres y empresas estatales en las que sean aceptados como trabajadores los discapacitados y los que hayan estado cesantes más de tres meses.
Con un programa de medidas concretas en favor de las mayorías nacionales, es posible movilizar a los todos los ciudadanos con convicciones democráticas para impedir que los ricachonesdispongan de la totalidad del poder.
* Carlos Millas es independiente de izquierda
Foto: banqueros
23/12/09
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